sábado, 9 de octubre de 2010

Vivat


même ainsi, je être toujours vivat!...

El amor es un
humo formado por el vapor de los suspiros; alentado, un fuego
que brilla en los ojos de los amantes; comprimido, un mar que
alimentan sus lágrimas. ¿Qué más es? Una locura razonable al extremo,
una hiel que sofoca, una dulzura que conserva.
El que adoro no se deja importunar con amorosas propuestas, [no
consiente el encuentro de provocantes miradas] ni abre su regazo al oro,
seductor de los santos. ¡Oh!